lunes, 31 de mayo de 2010

Jornada finita

No nacen ellas sino repetidas
a ratos incesantes unas cuantas
veces al morir el sol. Tiernamente
cierran el día y dan paso al susurro
detenido en el cual se metamorfosea
el cuerpo rendido del hombre tras dar
por sentada su estancia reiterada.

Los ojos abren la noche cerrada
y son unas ligeras pinceladas
quienes sueñan con pequeñas e ínfimas gotas de luz,

y detienen los párpados de un impulso,
esperando así que el cristal se rompa
para unirse con la vida otra vez.


(Síntomas de la Selectividad, que se aproxima...)

jueves, 13 de mayo de 2010

La Capital de la Vida

La vida es amor y es libertad. Sin amor ni libetad no hay vida, no hay luz, no camino ni felicidad ni alegría. Me rompe el alma ver quejas de mucha gente sobre temas como el toreo o el aborto, temas muy presentes en los tiempos que vivimos todos nosotros. Y me rompe aún más el alma que miles de personas salgan de sus casas a la calle llenos de ganas e ilusión por cambiar, pero por cambiar temas que ahora me parecen tan vanales, simples e insignificantes como los ya mencionados: la abolición de los Toros y la dichosa Ley del Aborto. ¿Por qué damos tanta y tanta importancia a las corridas de toros o por qué nos rompemos la cabeza intentando averiguar si un feto o embrión es un ser humano o no? ¿Por qué centramos nuestro razonamiento y nuestra fuerza de acción en temas tan abstractos e imposibles de averiguar? Opino que decidir si un feto es o no es persona se iguala a intentar demostrar científicamente la existencia de Dios y con ese tipo de debates el hombre pierde el tiempo. Me gustaría hablaros de una realidad que es real, la cual todos conocemos y podemos vivir y sentir e incluso tocar. La pobreza y las guerras están comiéndose medio mundo, pero cuando hablo de mundo hablo de nuestra Tierra, de nuestra caso, hogar o como quiera llamarse; hablo de nuestro más personal y absoluta condición de humanos. Hablo de humanidad. ¿Por qué hay gente (y además mucha a la cual respeto) que dicen que lechan por la vida, y llaman vida al aborto o a otros temas de la misma índole? ¿Por qué en el 2009 Madrid se denominó la Capital de la Vida? No lo sé. Pero sí sé una cosa: hará unos años ví un reportaje en televisión sobre la pobreza infantil en Latinoamérica, y pude ver la imagen de dos niñas muy pequeñitas, con cara de pena, que todos los días tenían que recorrer ellas solas el trayecto de una hora para ir de su casa al colegio y del colegio a su casa. Dos niñas muy chiquititas caminando mucho tiempo solas por la montaña. Éso sí que me rompe el alma. Yo no incito ni obligo a que la gente aborte: esa decisión es libre de cada mujer y nuestra obligación es respetar su libertad. Aún así digo que existen infinidad de medios anticonceptivos en nuestra sociedad actual para evitar futuros embarazos no deseados. La Capital de la Vida no está en una plaza o en unas cuantas calles donde se reunan miles de personas diciendo no al aborto. No. La auténtica Capital de la Vida debe de estar en las corazones, en nuestros corazones para poder emplear toda nuestra fuerza vital para derrocar de una maldita vez la pobreza y la violencia que se está poco a poco comiendo a la Humanidad. No podemos consentir que niños y adultos de nuestro planeta se vean sometidos a las crueles y vomitivas cadenas del hambre y la guerra. Y ésto lo conseguiremos con amor, con amor a la vida y a libertad que es lo único, lo único que mueve los engranajes del Mundo. Yo amo a Dios y a la vida, por lo tanto amo el amor con todo mi ser y estoy dispuesto a luchar y enfrentarme a la injusticias de esta sociedad colectiva desde hoy hasta el último día de mi paso por el mundo. Somos los jóvenes más que nafie los que tenemos la fuerza y la capacidad sufiente para acabar con el mal en el mundo. Nosotros podemos cambiar todo gracias a la libertad y al amor. Y esa es la úncia verdad.







Noche oscura del alma

En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada

San Juan de la Cruz


Metrópoli de noche, atenta al ritmo
que se oye tras el marco de la puerta:
las quimeras abiertas huyen de su propia sombra.

Rayos y truenos cruzan los mares y tus tetas
pequeñas, luciérnagas dentro
del seno de Madrid,
me miran y no quieren decir nada.

No sé nada de los zapatos
que te has quitado y, sin embargo, quisiera
conocer hasta el último vello
que te has permitido no pintar.

No es la naturaleza, más bien parece ser
el escorzo de una mentira,
¡pero de una que roza las sábanas
con su respiración, y vive, y duda!

Muchas veces hubiera imaginado
una falda de cuadros en la silla
y no una nube blanca manchada de carmín;
habría olido el sol durante la velada
o rozado los números con mi triste experiencia,
pero minutos previos al ocaso
algo se impuso, que no sé decir:
muerte de un mundo en tierra y nacimiento
de una noche en París, en Marrakech o en Viena,
y que sin recuerdos enlatados
sabrá durar para siempre.

¿Son ojos o pedazos de rímel en el tiempo?
No ansía nada el aire, ni sus títeres
vuelan. Y eso resulta imposible.


De los números

Matemática exacta es aquella
que es imperfecta y con su concepción
de ciencia pura y puerta hacia el saber,
entrega al pensamiento la certeza
que la belleza pálida de tez
se pierde fugaz entre sus secretos.

domingo, 9 de mayo de 2010

Pueblo

Y sucedió entonces
que puso la dialéctica punto
y aparte: infierno y tierra,
una lucha contraria en sus propósitos
pero que hizo bajar al horizonte
de sus cabales. Fue el día de este
a oeste quien supo hacer del sayo
una quietud dinámica de eterna
vejez, constante al ritmo palpitante
de la belleza. ¿Cuándo moverá
la atmósfera su piedra? ¿Cuándo
se teñirá de música
la soledad? Concretamente,
está lejos el blanco letrero
de llegada al pueblo. Qué pueblo
sino aquel que camina en nuestros pasos.

Parva magna sunt

Paseaba un día cualquiera Madame de Pompadour por los jardínes del Palacio Pitti. Alejada de un ambiente urbano y dinámico, la aristócrata compredía poco a poco que el aire era aire, y el vinetecillo que corría era simplemente vientecillo y no la alegoría o el símbolo de alguna realidad abstracta. La lluvía había cesado sobre las diez de la mañana y, aunque ya no llovía, sus efectos se reflejaban en el barro del suelo y en el olor a piedra mojada que desprendían las fuentes. Según trascurría la mañana iba el sol calentando la urbe florentina. Paseaba Mandame de Pompadour por los jardínes del Palacio Pitti y al ver al sol haciendose un hueco entre las ramas de los olivos y quedar fascinada sin saber por qué, compredió que no podría encontrarla ni en los ornamentos ni en los lujos más caros de la vida, sino que hallaría la belleza en la sencillez más absoluta. Y continuó paseando, consciente ahora de sus pasos.

Jardínes del Palacio Pitti, Florencia.

sábado, 8 de mayo de 2010

¡Cómo pasan los años!

He estado cansado, estoy ahora mismo cansado y en futuro estaré también cansado. El cansancio es necesario, es una prueba vital: sus efectos son la demostración de que hemos vivido y hemos estado presentes en el mundo. Llevaré unos catorce años en el mismo colegio privado y ya todo lo relacionado con él me cansa, pero se trata de un cansancio monótono de ver durante tanto tiempo los mismos lugares, gentes y de estar supeditado a una rutina muy determinada. Aunque nunca olvidaré todos estos años, ahora estoy muy cansado. Pero el cansancio justifica que he vivido toda aquella aventura escolar y, como no, vital. "Confieso que he vivido" tituló Pablo Neruda a sus memorias. Ayer terminé 2º de Bachillerato y, por consiguiente, mi estancia en el colegio. Y ya han pasado catorce años. Miro hacia atrás y tantas cosas han pasado que me doy cuenta del valor del tiempo, de toda la formación que nos aporta. Y eso me satisface enormemente y me hace continuar con una sonrisa en la cara.


Impresión, sol naciente de Monet.



Alterae res

Vídeo realizado por Alma Prieto